Al quebrarse la tarde.
De "Nada más el verbo".
Estabas en mi amor, casi dormida,
- blanco silencio tibio de palabras -
al quebrarse la tarde quejumbrosa
en los pasmados círculos del agua.
Me brotaste del viento taciturno
de mis líricas flautas.
Me creciste en los ojos abismados,
y en la tierra más íntima del alma
se arraigaron - raices cristalinas -
tus leves manos pálidas...
Y me nació tu amor... Trémula, suave,
así entre sueños, diáfana,
te entreabriste de anhelos virginales
caída sobre el alma,
ingenua, lenta y triste
como magnolia casta.
Estabas en mi tarde indefinible
- blanco silencio tibio de palabras -
y se copió tu imagen limpia, absorta
en el místico asombro de mis aguas.
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